Todavía sigue dando vueltas la fallida intención inversora de Antonio Banderas. Sobre todo por unas declaraciones sorprendentes de nuestro internacional actor sobre el dinero público.

Y es que directamente lo  ha declarado: “producto envenenado”. Y se han olvidado de él para realizar su proyecto, en el que todos tenemos grandes esperanzas puestas. Sobre todo los que amamos el mundo del teatro. Pero no podemos demonizar todo lo público, y mucho menos cuando lo que se ofrecía desde el Ayuntamiento no era precisamente dinero, sino una ubicación excepcional para hacer algo excepcional.

Público vs Privado: Banderas y Málaga

Y ha sido mi amigo Salvador Merino, en su columna de Málaga Hoy, el que ha puesto el dedo en la llaga, y espero que no tenga razón cuando en la inauguración aparezcan los codazos para hacerse la foto. Pero tampoco le doy la razón en su totalidad. Lo que han hecho con Banderas no tiene nombre. Aunque solo sea por llenarse la boca diciendo que es de “Málaga, la mejor tierra del mundo” allí por donde va.

Pero el dinero público y el dinero privado son dos sendas distintas, y el dinero público solo debe llegar donde no llega el privado. De esta manera garantizamos los servicios, garantizamos la libre competencia, y garantizamos la igualdad. Por eso el proyecto de Banderas exclusivamente desde lo privado, no va a tener el emblema del lugar público. Y sobre todo, no será de todos los malagueños, no será del pueblo.

Es una reflexión sin crítica, sin apocalipsis, entendiendo perfectamente que Antonio Banderas se retire de una carrera en la que todo eran obstáculos. Y sobre todo cuando dice “no puedes invertir millones y que te pateen el culo”.

Recuerda, nos encontramos en Calle Victoria, 7, 2 i, 29012 Málaga. Te esperamos

 

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